Iglesia Católica Romana

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Iglesia Católica Romana - ¡Llegue hasta las Bases!
A pesar de las "doctrinas aparte" de la Iglesia Católica Romana, o de cualquier otra denominación cristiana, la pregunta para todos nosotros es: "¿Qué significa para usted su relación personal con Jesucristo? Ya sea que utilicemos el término "nacido de nuevo," "regenerado" o "salvado," la respuesta a esa pregunta debe abarcar estas verdades:

Reconozco - que soy un pecador que necesita un Salvador.

Me vuelvo- hacia Dios y renuncio a mi vieja manera de ser.

Creo - que Jesucristo es deidad unida con humanidad. Como el Salvador sin pecado, Él murió para pagar el castigo por mi pecado. Él murió por mí, para que yo pudiera alcanzar la salvación, el perdón del pecado, y la vida eterna.

Recibo - a Jesucristo en mi corazón y en mi vida como mi Salvador y Señor.

Iglesia Católica Romana - Enfoque en la Relación, no en la Religión
La Iglesia Católica Romana no se diferencia de muchas otras denominaciones, en donde muy a menudo las tradiciones y costumbres del hombre han sustituido la simple verdad del Evangelio. Muchos líderes católicos romanos y laicos están haciendo buenas obras por las cuales deben ser elogiados, pero muchos no se han entregado a una verdadera relación con su Señor y Salvador, Jesucristo. No hay duda de que muchos católicos romanos son salvos, pero son salvos debido a su relación personal con Dios, no por ninguna religión. La fe cristiana declarada en la Biblia, es una de confianza en una relación con una Persona, en lugar de en una religión, institución u organización.

Un día, cuando estemos delante de Dios, Él no nos va a preguntar si somos católicos, bautistas, presbiterianos, luteranos o metodistas. Él sólo nos preguntará por qué debería dejarnos entrar a su reino. ¿Cómo responderá usted a esa pregunta? ¿Le dirá la denominación a la que perteneció, o donde asistió a la iglesia todos los domingos? ¿Tratará de decirle que usted fue una "persona buena y moral" que hizo obras de caridad? La verdad bíblica es que Dios considera que ninguna de estas respuestas merece la admisión en el cielo. Nuestra oración es que seamos capaces de responderle con una respuesta que Él honrará: "He confesado a Cristo ante los hombres y ante Ti, Señor, y es por gracia solamente que puedo entrar a tu paraíso."